Su presencia no es oficial, pero como si lo fuera. El asturiano parece estar preparándose para la prueba de raid más emblemática de todas desde que empezó el 2019.
Este está descubriendo en el Rally de Marruecos todos los peligros a los que se podría enfrentar, si finalmente toma la línea de salida el 5 de enero en Arabia Saudí. Pese a no estar confirmada su participación, sus opciones de victoria son objetivo de debate en la prensa deportiva y en las tertulias de motor. ¿Qué le aguardará la cuadragésima segunda edición?
Figura mediática sin parangón, Fernando Alonso genera más titulares que el resto de los actores principales de las competiciones más trascendentales del mundo de las cuatro ruedas. Aun retirado temporalmente de la Fórmula Uno, su nombre aparece constantemente asociado a las principales escuderías, y el último rumor habla de la posibilidad de compartir equipo en 2021 con Carlos Sainz. Misma importancia ha adquirido en el mundo del raid, pese a su escaso bagaje profesional. De hecho, el contacto del Alonso con carreras de este perfil se cuenta con los dedos de una mano. Sudáfrica, Polonia y ahora Marruecos están sirviendo de banco de pruebas para asimilar los cambios a los que debe adaptar su pilotaje en un periodo corto de tiempo. Un pinchazo, la rotura de la suspensión y el impacto con una zanja resumen algunas de las vicisitudes con las que se ha topado de frente y que vaticinan que va a sufrir tanto como con el último McLaren.
Descartado para la victoria
El único aspecto que jugará a su favor es que el terreno de Arabia Saudí le será tan desconocido a él como a los que llevan varios años repitiéndose las victorias: Stéphane Peterhansel (2017), Carlos Sainz padre (2018) y Nasser Saleh Al Attiyah (2019). Será la primera vez que el Dakar se corra en Asia, por lo que en cuanto a conocimiento del terreno todos partirán en igualdad de condiciones. Sea como fuere, la experiencia es un grado, de ahí que estos tres lideren las apuestas para mandar en la clasificación en 2020, muy por delante de Alonso. Igualmente la expectación alrededor de Alonso es enorme, pero los expertos en la materia y el propio piloto han rebajado las expectativas de victoria. Plantearse dicho reto en el año del debut no es algo realista y será con el paso de los años cuando se gane ocupar un puesto al lado de Sainz y compañía en los pronósticos iniciales. Nadie puede negar que tenga un talento innato y una facilidad fuera de lo común para hacer de un hábitat desconocido uno conocido. Sin ir más lejos, ha triunfado ya fuera de la F1 en el WEC convirtiéndose en campeón del mundo esta misma temporada. Además, conoce también la Indy 500, en la que corrió en 2017 y llegó a mandar durante varias vueltas.
En resumidas cuentas, el Dakar de 2020 será el del debut de Alonso, salvo sorpresa de última hora. El asturiano ha empezado con la preparación que requiere una competición de esta envergadura y ya se ha encontrado con los primeros contratiempos que apuntan a que verá de lejos la batalla por el triunfo final.